Trabajar Desde Casa Es Una Opción de Negocio

Los por qué y para qué

Compartiré en voz alta contigo sobre el trabajar desde casa, y de cómo esta tarea puede significar para ti una buena opción de negocio. Formularé las preguntas fundamentales que debes hacer antes de tomar la decisión. Sin las respuestas a estas preguntas, sería inútil intentarlo, pues están relacionadas con la necesidad que tienes de hacer un “algo más” y con las metas y objetivos que quieres lograr para tu vida.

En ciertos sectores de la sociedad dicen que la palabra “crisis”, en idioma chino o mandarín, significa “oportunidad”. Puede que sea cierto o no. Lo cierto es que, en tiempos difíciles o de “crisis” se agudiza el ingenio y nuestra mente pone a trabajar las neuronas dormilonas que descansaron durante mucho tiempo.

El desempleo, la automatización en la fabricación, la entrega de productos directamente al consumidor, la superpoblación, la suba injustificada de precios, entre otros numerosos factores, son creadores de períodos de crisis, es decir, una “grave perturbación de la actividad económica o política, o del aspecto físico o espiritual” (*)

Cuando toca a nuestra puerta (y quizás mucho antes), comenzamos a ver que nuestros esfuerzos por llegar a fin de mes con los actuales ingresos como empleado o profesional, se tornan inútiles, se nos hace cada mes más difícil, ni qué hablar de pensar en ahorrar, realizar viajes, enviar nuestros hijos a los mejores establecimientos educativos, o en hacer proyectos de largo plazo.

Es el momento de analizar las posibilidades de cambiar a un trabajo o especialización mejor remunerado, (como si fuera una opción fácil de concretar), o de ver qué más podemos hacer.

Nos enfrentamos con la realidad de que, por un lado, cada vez son menos las empresas que nos ofrecen la oportunidad de sumarnos a su plantel de empleados. Por el otro, y si somos francos y sinceros, debemos reconocer que tendremos pocas posibilidades si contamos treinta y pico o más años de edad, escasa especialización o estudio, y mucho menos si somos padres o puntal de una familia.

En ese preciso instante (y no antes) es cuando agachas la cabeza –como hace la mayoría- y dices: “¡Qué contrariedad; debo resignarme!”

¡Eso nunca! Yo no me resignaré a “sobrevivir” como desea mi jefe o establece la empresa para la cual trabajo. Entonces…, comienzas a “ver” un poco más allá de tus narices.

Piensas en un trabajo extra para obtener más dinero, trabajar desde casa, hacer una actividad en tus horas libres o “changas” en otro lugar, efectuar alguna reparación -si te gustan las manualidades-, traer trabajo de la oficina o de un amigo profesional o de un estudio contable a tu casa, evalúas la posibilidad de comenzar un curso como auxiliar de enfermería para colocar inyecciones y tomar la tensión arterial, y un largo etcétera.

Si eres asiduo visitante de Internet –supongo que es así, por eso estás leyendo este artículo- tienes la oportunidad de informarte acerca de “qué mas” puedes hacer, para llegar un poco más aliviado al final de cada mes.

Y si eres emprendedor, activo y entusiasta, de aquellos que les cuesta estarse quieto, mucho mejor, porque el futuro espera por ti.

En Internet puedes ilustrarte de la infinidad de alternativas para trabajar desde casa y adicionarlas a la que haces a diario. Aunque, hay interrogantes para los que deberás encontrar sus respuestas, puesto que son vitales para cuando inicies el análisis de tu situación. Son éstos:

¿Cuántas horas al día podría yo dedicarle a mi nuevo trabajo (sin abandonar el fijo o estable)?

¿Valdrá la pena restarle horas a mi descanso, para el esparcimiento o para mi familia?

¿Para qué lo voy a hacer?

Quizás sea esta última la pregunta más importante. Tú me dirás: “Para ganar más dinero”; sí, ya lo sé, de eso estamos hablando… Pero, el dinero sirve para comprar cosas, no es un fin en sí mismo…

“¿Y entonces…?”  Cuando poseas las respuestas a estas preguntas, y las tengas consensuadas con tu familia, recién en ese momento (y no antes)… ¡Continúa adelante! Si eres soltero o independiente, pues… llega un acuerdo con tu corazón y mente.

“¡Bueno… ya está, lo hice! Estoy decidido a hacer ese algo más… ¿Y ahora qué?”

Tómate un descanso y lee la próxima página.

Saludos.

(*) Gran Diccionario Salvat, Salvat Editores, S.A., Barcelona, España, 1992.

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